El Maratón de los Cuentos se anota un nuevo éxito dedicando más de cuatro horas a la narración oral, con decenas de contadores profesionales y noveles deleitando con sus relatos al público que el viernes llenó el salón de actos de la Casa de la Cultura. Pinche www.facebook.com/CabanillasDelCampo y podrá ver una amplia galería fotográfica de la cita.

 

Os invito a subir a la nave del Maratón que despega de manera inmediata hacia el universo de los cuentos. Subid sin prejuicios, con la mente libre de preocupaciones y con el corazón abierto a una experiencia que tardaréis en olvidar. Elegid compañeros de viaje entre la buena gente que hoy llena este salón de actos, estrechando lazos de amistad, que en eso también es ‘experto’ este Maratón de los Cuentos. Viajad ligeros de equipaje porque a la vuelta, seguro, serán muchos los momentos y recuerdos que deseéis atesorar”. La concejal de Educación y Cultura, Estela Iturregui, pronunciaba estas palabras justo antes de pulsar el cronómetro del XIV Maratón de Cabanillas del Campo, que el viernes volvió a anotarse un nuevo éxito gracias a la pulcra organización y al talento del medio centenar de contadores de historias que uno tras otro, sin dar tregua al descanso, fueron desfilando por el escenario de la Casa de la Cultura ante la embelesada mirada del público que llenó la sala.


Tras la introducción de la edil arrancaba el festival de la palabra, que anda en plena adolescencia y lo celebra exhibiendo vitalidad, frescura y lozanía. Nada menos que cuatro horas largas sumaron de tiempo las historias que fueron encadenándose desde las seis de la tarde hasta pasadas las diez de la noche. De abrir el telón se encargó Pilar de Isidro, responsable de la Biblioteca de Cabanillas –que corre a cargo de la organización de la cita en colaboración con el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil y con el apoyo del Ayuntamiento campiñero–, formando trío con sus hijas Sonia y Beatriz para poner voz al cuento ‘Confundiendo historias’. A continuación llegaron los narradores invitados a la edición de 2014 –el colectivo escénico Légolas– que ya en su primera comparecencia lograron meterse al público en el bolsillo con su capacidad de “crear ilusiones” y su talento contando cuentos.


Y de los profesionales a los noveles, que hubo muchos y sobradamente preparados para el arte de narrar. Como los niños de primer curso de Primaria del colegio La Senda –soberbios con la interpretación de ‘La cebra Camila’–; o algunos de los alumnos de la Escuela de Música y Danza de Cabanillas del Campo –que encandilaron a la sala con una delicada interpretación del ciclo del agua–; o Ángeles Maestre –fiel al Maratón que en esta ocasión llegó con una ‘Tortuga que quería dormir’–; o Marina Aguilera –desenvuelta sobre el escenario y manteniendo el interés con ‘Un reflejo en el agua’; o los pequeños de 5 años de ‘La Senda’ –que ‘arrasaron’ en felicitaciones con un cuento y una poesía–. Hubo jóvenes, adultos, niños que en el escenario se crecían y padres que rejuvenecían ante el placer de compartir cuento e ilusión con sus hijos. Entre ellos Celia Vena y Marcia Jolín –que arrancaron sonrisas y aplausos con el relato ‘Amelia quiere un perro–, o los representantes de la Asociación Waldorf La Tortura –con ellos y su particular ‘Flautista de Hamelín´ llegó el turno de los clásicos–.


Hubo también quien se atrevió a narrar utilizando la lengua de Shakespeare –tres representantes del Club de Lectura de Inglés de la Biblioteca contaron ‘The Three Little pigs’–, y otros que pusieron la música al servicio de la palabra –como los miembros de ‘La Corchea Inclinada’. Y con ellos fueron pasando los minutos, las horas. Mabel Cendejas subía al escenario cuando el reloj marcaba las ocho de la tarde con ‘La historia de Gaspar’; Teresa de Diego y Gaizkane Biosca le seguían en el turno con ‘Sinforoso el Mentiroso’, y después Concha Soria y ‘Fredy, el cerdito que lo tenía todo’; Pilar Gordon y ‘El pequeño conejo blanco’; Victoria Espada con sus ‘Enamorados’; Luisa Borreguero junto a Rodrigo Fernández, Lucas García, Elena García, Adriana Roncero e Irene Guerra ‘navegando’ por ‘El mar de la imaginación’; Cheles López con el relato ‘Yo voto por mí’; Montserrat Viosca, Clara y Lucía Ibáñez con ‘Los chivos chivones’, o Ángela, Mara y Raquel en el papel de ‘El ciego, el sordo y el mudo’.


Asimismo, el placer de narrar contagió a los alumnos de Los Olivos, a Conchi de Blas, a algunos de los responsables del Centro Joven y al cuentacuentos ‘local’ Pep Bruno. En la recta final –apurando los últimos segundos del XIV Maratón– Gregorio Lozano con ‘Alí va al bar y los 40 ladrones…’ y Daniel Vázquez parando relojes con ‘El rubio Eckbert’. Demasiados nombres para recordar en una tarde mágica, en una cita de fábula en la que el poder de sus historias tardará en desvanecerse. 

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