La feria artesana de Cabanillas se desarrollará el viernes 9 de julio por la tarde, y el sábado 10 de julio en jornada completa

La Plaza del Pueblo acogerá el próximo fin de semana la celebración del I Mercado de las Manos de Cabanillas, una feria de artesanía organizada por el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo, en el marco de las actividades socioculturales del programa estival “Cabanillas se mueve en la calle”. El Mercado abrirá sus puertas el viernes 9 de julio en horario de 17 a 22 horas, y el sábado 10 de julio, en jornada de mañana y tarde (de 11 a 15 y de 19 a 23 horas).

Un total de 22 puestos de artesanía se han inscrito a esta feria artesana. La mitad de ellos son de Cabanillas del Campo, y el resto, de otros municipios del entorno, como Quer, Azuqueca, Marchamalo, Alovera, Horche, Hinojosa (pedanía de Tartanedo) o Torrejón del Rey, entre otros.

Hay que reseñar que casi en su totalidad las participantes son mujeres, que expondrán para la venta productos  artesanos hechos con sus manos. Así, encontraremos artesanía de bolillos, objetos de decoración y complementos pintados a mano en distintos materiales (telas, piedras, madera); broches y bolsos cosidos y bordados con telas recicladas; marcapáginas elaborados a partir de dibujos propios; cuadros realizados en distintas técnicas; objetos para regalos confeccionados con papiroflexia, filigrana y ganchillo; ropa y complementos hechos a mano (faldas y sombreros reversibles, moda para niños y niñas, bolsos…); tejas decoradas, relojes de madera y resina; composiciones de minijardinería con cactus; artesanía con plata y madera para colgantes y pendientes; artesanía de fieltros (amigurumis); sujetapuertas y artículos de trapillo; joyería artesanal; complementos para bebés hechos a mano; cerámica y velas; goma eva y fimo; productos realizados con tela y semillas (antifaces, cojines, sacos térmicos…), cosmética natural; cuadernos de madera y pirograbados y un largo etcétera.

El objetivo del Ayuntamiento de Cabanillas con la organización de esta feria artesana era dar visibilidad a aquellas personas, en su mayoría mujeres, que en el último y difícil año han incrementado las labores manuales, incluso de manera solidaria (como ocurrió con la confección de mascarillas), creando en algunos casos una cadena de ayuda y soporte comunitario.

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