La escritora María Martín presentó en la Biblioteca su libro “Ni por favor, ni por favora”, con gran éxito de público

 

 

Más de medio centenar de personas, la gran mayoría mujeres, abarrotaron este viernes la “pecera” de la Biblioteca Municipal de Cabanillas del Campo para asistir a la presentación del libro “Ni por favor, ni por favora”, un volumen de María Martín Barranco que está teniendo un enorme éxito editorial, y que aborda el asunto del correcto uso (“cómo introducirlo sin que se note demasiado”, dice su subtítulo) del conocido como “lenguaje inclusivo”.

El acto, organizado por el Consejo de las Mujeres de Cabanillas y el Centro de la Mujer de la localidad, ha sido presentado por la presidenta del Consejo y concejala de Igualdad, Abigail Cordero; mientras que la escultora cabanillera Pilar Vicente Foronda introdujo al público en la figura de la escritora protagonista de la jornada.

 

 

Cordero agradeció la presencia a los asistentes, recordó que el acto servía como prólogo del III Espacio Sororo -que se celebra este sábado en Cabanillas- y puso en valor el éxito del Consejo de las Mujeres y su exitosa iniciativa de impulsar que la Real Academia aceptara la palabra “sororidad” (hermandad entre mujeres) dentro de su Diccionario, un hito que precisamente se recoje en un capítulo del libro que se presentaba, y que también fue glosado por María Martín: “Las cabanilleras le dieron alas y ellas fueron nuestro altavoz, gracias a las mujeres de Cabanillas ‘sororidad’ está en la RAE”, dijo la escritora, quien considera a la localidad “la cuna de la sororidad”.

 

Tras la presentación de la autora por parte de Foronda, Martín ofreció una amenísima charla, cargada de humor e ironía, desglosando su análisis pormenorizado del “sesgo de género” que, a su juicio, mantiene el Diccionario de la RAE. Muy crítica con la Real Academia, Martín señaló que el lenguaje es el elemento “que construye el mundo”, y defendió que en un mundo cambiante en el pensamiento, el lenguaje también debe adaptarse a una nueva realidad social sensible con la mujer y su existencia en todos los ámbitos de decisión. “Además, la adaptación de la lengua es la única medida en favor de la igualdad que no necesita presupuesto”, afirmó.

La autora defendió una tesis respecto a lo que considera una “ocultación de la mujer” por parte de las reglas admitidas en el uso de la Lengua, y fue especiamente crítica con la asunción del “masculino genérico” a la hora de designar a grupos, al tiempo que daba claves y trucos para evitarlo sin necesidad de hacer un constante y tedioso desdoblamiento de género gramatical en los escritos y los discursos.

 

El éxito de la conferencia fue rotundo, y al finalizar se vendieron decenas de ejemplares de “Ni por favor, ni por favora”.

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