Más de 200 personas se sumaron a la jornada reivindicativa y feminista de Cabanillas, con las representaciones de la Escuela de Teatro y el fantástico concierto acústico de Eva Ryjlen

 

 

Cabanillas del Campo celebraba este viernes 5 de julio la tercera edición de su “Marcha Violeta”, organizada por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Cabanillas, el Consejo Local de las Mujeres y el Centro de la Mujer del municipio. Más de 200 personas han participado de esta marcha reivindicativa y feminista, celebrada este año bajo el lema “La brecha de los sueños”, un concepto que viene del inglés “Dream Gap”, y que se refiere al vacío que existe entre las niñas y el desarrollo de todo su potencial y ambiciones; esto es, el momento vital en el que las mujeres asumen que no tienen cabida o hueco en determinados ámbitos del desarrollo profesional, por los roles de género o la presión social.

Como en años anteriores, la marcha consistió en un recorrido por diferentes escenas teatralizadas de temática feminista, cuyo desarrollo corrió a cargo de la Escuela de Teatro de Cabanillas, bajo la dirección de Pablo Menasanch.

 

La marcha fue abierta por el alcalde, José García Salinas; y la presidenta del Consejo Local de las Mujeres, Mari Carmen Martínez, quienes fieron la bienvenida a los participantes, y explicaron la dinámica de la actividad. A continuación tomaban el escenario los actores y actrices de la Escuela de Teatro, quienes desarrollaron una pequeña escena introductoria, antes de que la Marcha iniciara su caminar por la localidad.

 

La primera parada fue en la Plaza del Aguacil Julio Biosca, donde los alumnos y alumnas de la Escuela representaron una “reflexión teatral” sobre el acoso callejero a las mujeres.

La segunda escena era en el interior de la Casa de la Cultura. Allí, con la ayuda de una bailarina, la representación profundizaba sobre el papel de la mujer en la sociedad, la necesidad de su reconocimiento, y las dificultades y barreras que se les imponen en la sociedad, en un tono muy dramático y con un guión lleno de crudeza y fuerza narrativa.

 

 

 

Finalmente, la tercera escena se desarrollaba en la Glorieta Mariano Pozo, reconvertida en un restaurante, con una comedia-entremés en la que se realizaba una mordaz crítica a la incapacidad de los hombres de sacar adelante la vida familiar sin la atención constante de las mujeres.

 

 

Tras una escena-epílogo, ya de nuevo en la Plaza del Pueblo, la III Marcha Violeta finalizaba con un magnífico concierto en acústico de la cabanillera Eva Sigüenza, “Eva Ryjlen” en el mundo artístico (ex Suitcase y ex Idialipsticks), quien es una de las voces más destacadas del rock provincial, y de mayor proyección nacional. Actuó acompañada de la guitarrista Laura Solla.

 

Todas las personas participantes en la Marcha recibieron un pañuelo conmemorativo, y además, quienes siguieron las tres escenas fueron obsequiadas al final con un abanico.

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