El escritor aficionado de Cabanillas, que ya ganó la primera edición del certamen, se impuso también en la segunda con un texto titulado “Quería ser como Greta Garbo en Mata Hari”

El escritor aficionado de Cabanillas Fernando Hernández Correa ha resultado ser el ganador de la segunda edición del Concurso “Cuento con Arte”, que convocaron a comienzos del pasado mes de marzo la Biblioteca Municipal “León Gil”, dependiente de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, y la Escuela de Arte de Cabanillas, de la Asociación ArteRenace.

Se da la circunstancia de que este mismo aficionado a la escritura fue también el ganador de la primera edición del concurso, hace exactamente un año.

Este certamen literario consistía en la escritura de un relato breve, de un máximo de 150 palabras, inspirado en una concreta obra pictórica propuesta por la organización, y seleccionada entre varios trabajos realizados por alumnos y alumnas de la Escuela de Arte de Cabanillas. El cuadro elegido para esta ocasión era una ilustración del alumno Enrique Mata, quien también fue el ilustrador propuesto para la primera edición del concurso. Al concurso de microrrelatos se presentaron un total de 14 trabajos, escritos por personas mayores de edad y residentes en Cabanillas, tal y como establecían las bases de participación.

La entrega del premio de este II Concurso Cuento con Arte (que estaba dotado con un cheque de 100 euros a canjear en librerías de Cabanillas) se celebró este sábado 23 de abril, durante los actos de celebración del Día del Libro celebrados en Cabanillas. Fernando Hernández recibió su premio de manos del alcalde, José García Salinas.

El relato ganador presentado por Fernando Hernández lleva el título “Quería ser como Greta Garbo en Mata Hari”

Este cuadro de Enrique Mata, alumno de la Escuela de Arte, era la propuesta sobre la que tenían que escribir los participantes del concurso

RELATO GANADOR: “QUERÍA SER COMO GRETA GARBO EN MATA HARI”

La mujer entra en la modesta buhardilla quitándose precipitadamente el vestido, deseando lavarse y eliminar ese olor dulzón que su acompañante de esta noche ha extendido por todo su cuerpo.

Bajo el agua, recuerda su llegada a la ciudad, deseando ser una bailarina de éxito; para terminar ofreciendo su juventud y desenvoltura a los servicios secretos de su patria.

Al principio parecía una película en la que ella era la protagonista, pero con el tiempo se sintió como un juguete zarandeado entre dos aguas; manipulada por los suyos y temerosa de ser descubierta por los otros. Eran dos caras de la misma moneda.

Mientras se seca, apenas oye unos pasos en la escalera y toma la cápsula de cianuro que siempre tiene a mano. Ya ha pasado por esto antes, pero fueron falsas alarmas. Ahora no le importaría tener que usarla.

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