El cabanillero Diego Bris presenta en casa su cuarta novela
El ingeniero y novelista residente en la localidad presenta “Lejos no es un lugar” el próximo viernes en la Biblioteca Municipal León Gil
El próximo viernes 24 de enero, a las 19 horas, la Biblioteca Municipal León Gil de Cabanillas del Campo acoge el acto de presentación del libro “Lejos no es un lugar”, cuarta y de momento última novela del escritor alcarreño afincado en el municipio Diego Bris Cabrerizo.
Bris (Guadalajara, 1973) es cabanillero de adopción desde 2003, e ingeniero de Caminos de profesión. En la actualidad compagina su actividad profesional en una multinacional francesa con su pasión por la Literatura. Como escritor se formó en el campo del relato breve, el cuento y la poesía -donde logró varios premios-, y desde 2011 se dedica ya por completo a la novela de ficción. “Lejos no es un lugar” es su cuarta novela. Antes vinieron “Metropolitano” (2012, finalista I Premio Hispania de novela histórica), “Solo los hombres entierran” (finalista del XX Premio Fernando Lara 2015) y “La vaca” (2017).
En el acto de presentación de su nueva novela, el autor será introducido por la concejala de Cultura Rosa María García. La presentación tiene la entrada libre hasta completar el aforo.
“Lejos no es un lugar”
Este último libro de Bris prosigue su incursión en la novela de intriga y misterio. Cuenta la historia de Laura, una mujer que había perdido a su hija dos meses antes por culpa de una enfermedad degenerativa, y que aparece muerta en un poblado a las afueras de una pequeña ciudad de provincias. Cinco años más tarde, Sara es testigo del atropello de un hombre mientras fotografiaba rincones de esa misma ciudad para Salvador, su marido enfermo de akinetopsia. En otro rincón distante Cuca, la esposa del hombre atropellado, soportará su drama de tener que cuidar de él después de haber dejado de amarle muchos años antes.
Estos tres sucesos irán confluyendo por culpa del dolor y el remordimiento de sus protagonistas, encerrados en una ciudad sin nombre donde las desgracias, sin embargo, parecen ocurrir siempre demasiado lejos.
