Alrededor de 90 vecinos y vecinas se sumaron a la segunda edición de la revista caminada de Cabanillas del Campo

 

Cerca de 90 vecinos y vecinas han participado este jueves en la segunda edición de “El Andariego”, la revista caminada que hace un viaje de fantasía por la memoria, los recuerdos y el pasado de la localidad, a través de la narración oral. Se trata de un proyecto impulsado por la Biblioteca Municipal de Cabanillas y que coordinan entre su directora, Pilar de Isidro, y el narrador profesional cabanillero Pep Bruno.

En una tarde de estupenda temperatura, los asistentes a este segundo Andariego disfrutaron de un recorrido curioso y entretenido por varios puntos de la localidad en los que el agua, tanto en el pasado como en el presente, tenía un papel esencial.

El Andariego de Cabanillas arrancaba puntual a las 6 de la tarde de la plaza de Los Rosales, donde el concejal de Cultura, Manuel Gallego, saludaba a los asistentes y explicaba la dinámica de la jornada. Después la comitiva anduvo hasta la primera parada de la “revista caminada”, el conocido como “Pozo Pombo”. Allí se inició el esquema de funcionamiento que seguiría toda la tarde: Una explicación del lugar (en este caso a cargo de María Sousa); y luego un cuento alegórico, que narró Vivi Espada en esta primera parada. María Sousa explicó sobre todo cómo era la vida de Cabanillas en su relación con el agua “doméstica” antes de que hubiera una red de cañerías en los hogares. Así, explicó como eran fundamentalmente las mujeres las encargadas de acudir a esta fuente del Pozo Pombo para llenar los recipientes que acarreaban a casa. Mientras, Vivi Espada narró un cuento sobre un Pozo de los Deseos.

 

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Tras bajar del Pozo Pombo de nuevo, la segunda parada del camino se producía en el lugar donde antiguamente estaba el Abrevadero de Cabanillas: una zona actualmente de aparcamiento pegada al canal, cerca de la plaza de los Rosales. Fue Manuel Rubio el encargado de explicar la historia de este lugar. Rubio recordó cómo se usaba el abrevadero por los animales, y cómo era el arroyo antes de su canalización, cuando en ocasiones se desbordaba, llegando a inundar casas cercanas. Tras Rubio, Cheles López contó el cuento “El hombre de Agua”.

 

La tercera parada llevaba al Andariego al punto más alto del municipio, el depósito de agua del Camino Zalagarda. Desde allí, junto al depósito, y con inmejorables vistas de la Vega del Henares, un trabajador municipal, Pablo Gardel explicó a los asistentes de modo muy ameno cómo funciona en Cabanillas el complejo sistema técnico de depósitos interconectados, así como la red de abastecimiento de agua potable. Por su parte, Gema Maximiliano contaba el Mito de Eco y Narciso.

Antes de llegar al último “punto de agua” del municipio se realizaron dos breves paradas más: una junto al Colegio La Senda, y otra en el pequeño parque de las cercanías de la Avenida Guadalajara. En estos lugares las vecinas Mariaje Paniagua y Ángeles Maestre narraron poesías relacionadas con el líquido elemento, y estuvieron incluso acompañada de algunos niños que se sumaron a recitar.

 

Finalmente el Segundo Andariego culminaba en un punto vital para la economía cabanillera del pasado: junto al Canal del Henares, donde Julia Moratilla explicó la importancia de la infraestructura para los agricultores, y también cómo antaño era este un lugar de solaz y recreo para los cabanilleros, al que acudían a bañarse y a pasar tardes de campo. Mientras, Luisa Borreguero cerraba el capítulo narrativo contando la historia “La promesa del renacuajo”.

Finalmente, antes de dar por concluido el paseo, dos niños de la Escuela de Música de Cabanillas, Jimena y Marcos, pusieron el “colorín colorado” a la tarde con una pequeña actuación de flauta travesera y violín, despidiendo el Andariego hasta el otoño de 2018.

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