El crítico Juan Carlos Antón firma la crónica de la feria taurina que el empresario Álvaro Polo y su empresa TodoHenares han brindado a la afición cabanillera durante las fiestas de verano. Serial que ha incluido la celebración de una novillada concurso, que el sábado colgó el cartel de ‘no hay billetes’, y un desafío ganadero, en el que se llegó a indultar a uno de los astados del festejo.

Llegaba, este año, la feria taurina de Cabanillas del Campo  con nuevo empresario- Álvaro Polo-, nuevos alicientes y nuevas ilusiones. LLegaba con nuevos toreros en sus carteles y con nuevas ganaderías en sus corrales. Y, concluido el ciclo y aún con la resaca de este, podemos decir que el serial se ha  saldado con nuevos y abrumadores números de taquilla y asistencia y nuevos e ilusionantes resultados artísticos. Ya lo ven: aires nuevos, nuevos tiempos.

Comenzó el ciclo el pasado viernes con un espectáculo de humor amarillo en el que, a golpe de carcajada, los miembros de las peñas fueron superando una a una las pruebas hasta llegar a la gran final. Espectáculo de humor amarillo que hizo las delicias de quienes llenaron algo más de la mitad del graderío.

El sábado llegó el turno del cartel estrella de la feria, tal y como corroboraron los tendidos que alcanzaron prácticamente el lleno. Novillada con picadores- concurso de ganaderías en la que estaban anunciados Ángel Puerta- que se despidió como novillero-, Fernando Lomeña y Curro de la Casa. En el aspecto ganadero destacaron, por hechuras y comportamiento los de las ganaderías de Cebada Gago y Navalrosal y por su juego en la muleta el quinto bis, perteneciente a la ganadería de José López El Cabra. 

Salió a hombros Fernando Lomeña, quien mostró gran disposición con ambos novillos de su lote, ejecutando en ambos el tercio de banderillas y cuajando algunas tandas importantes en ambas faenas. Se apreció en el una notable evolución desde la pasada campaña, quizás fruto de las directrices impartidas por su apoderado: el matador de toros Luis Miguel Encabo.

Ángel Puerta cortó una oreja al que abrió plaza. Faena que comenzó junto a las tablas con las dos rodillas en tierra y en la que el diestro jerezano se mostró con gran firmeza ante las acometidas inciertas del de Cayetano Muñoz. Rubricó con una estocada efectiva. Bien podría haber redondeado su balance con el cuarto de no haber sido por el fallo con los aceros. El de Navalrosal y puerta lograron llegar a un entendimiento fruto del cual Puerta dibujó naturales de cierta hondura y gran belleza estética que fueron, a la postre, lo mejor de la faena. Bien la cuadrilla de Puerta en la que destacó un par de Manuel Macías al cuarto y los tercios de varas de David Trinidad y José María Terrón.

Injusto fue el resultado obtenido por Curro de la Casa, quien dio la cara con un lote imposible y no se amedrentó a pesar de la violencia y nulas posibilidades de ambos oponentes. Disposición y rotundidad de planteamientos del novillero alcarreño que, si bien no tocó pelo, sí dejó un buen sabor de boca por la solidez de su actitud y  planteamientos ante los novillos.

Al día siguiente, llegó el turno para la novillada sin caballos en la que debutó el novillero local Carlos Sánchez cortando tres orejas y saliendo por la puerta grande. Tres más cortó Juan de Castilla y otras tres y rabo José Antono Heredia, quien llevó a cabo una labor antológica ante el novilloLargamira, herrado con el número 12, de la ganadería de Polo Sáiz, y el cual fue indultado como premio a su bravura.

Así pues la feria taurina de Cabanillas del Campo vuelve a ocupar el lugar en el que siempre debió estar: el lugar de una feria sostenible en lo económico, triunfadora en lo artístico e ilusionante para actuantes y tendidos.

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