El grupo aragonés de polifonía brinda una actuación tan brillante como desternillante en Cabanillas del Campo

Se esperaba con mucho interés la actuación de B-Vocal en Cabanillas del Campo, y lo cierto es que no defraudó. Con el aforo de la Plaza del Pueblo casi lleno (hubo que añadir algunas sillas más de las previstas, para dar cabida a todo el público interesado), el grupo aragonés, una formación que combina una excelente polifonía vocal sin instrumentos con humor a raudales, se metió en el bolsillo a las más de 300 personas que les vieron actuar en la noche del viernes 30 de julio, en otra de las citas del programa sociocultural del verano “Cabanillas se mueve en la calle”.

B-Vocal es un quinteto conformado por grandes músicos procedentes de Zaragoza (Augusto González, los hermanos Alberto y Carlos Marco, Fermín Polo y Juan Luis García), aunque en su actuación de Cabanillas se presentaron como sexteto, ya que están añadiendo una nueva voz a la formación.

El grupo lleva algo más de 25 años de trayectoria, con gran repercusión a nivel nacional y también internacional (especialmente en China, donde son adorados), y sus actuaciones siempre sorprenden. Sin usar un solo instrumento, únicamente con sus voces increíblemente empastadas (además de distintos timbres, realizan con ellas bases rítmicas y sonidos instrumentales como baterías, guitarras o trompetas), los B-Vocal versionan de modo primoroso grandes temas de música popular, en un recorrido que puede abarcar desde la música del Renacimiento o del Barroco hasta los ritmos más actuales, pasando por la ópera, la salsa o el rock, y mezclados con temas de creación propia.

Y todo ello lo hacen con grandes dosis de simpatía sobre el escenario, con constantes bromas, guiños de ironía y desternillantes “pamplineos” (dícese de cambiar la letra de una melodía, para hacerla humorística).

En la actuación de Cabanillas, presentada dentro de su espectáculo “Vocalocuras”, hubo momentos espectaculares, como su versión de “Carmen”, de Bizet; su magnífica interpretación de “Mediterráneo”, de Serrat, o dos canciones descacharrantes: “Aún te estoy amando, Fernando” y la adaptación del Himno de la Virgen del Pilar a diferentes estilos, en los que “imaginan” cómo sería esta canción si la Pilarica, en lugar de en Zaragoza, se hubiese aparecido en Zimbabue o en Jamaica. Pero quizá el momento en el que el grupo conectó más con el público fue en la recta final, cuando hicieron un alarde vocal impresionante para presentar una versión de “Bohemian Rapsody” que dejó al público boquiabierto.

En definitiva, hora y media entretenidísima de música, que el público cabanillero aplaudió fervorosamente, para marcharse a casa con una gran sonrisa en la cara.

Ir al contenido